
No me canso de defender el valor de una buena estrategia de contenidos para una marca, una empresa, un producto… llámalo como quieras. Es el contenido el que da significado a lo que ofreces, el que da pie a que interactúen – contigo y entre sí – las personas a las que les sirve lo que traes. Y en definitiva, si está bien planteado, la mayor fuente de rentabilidad para tu negocio.
Comunicar algo y hacerlo de manera eficaz y útil para todas las personas implicadas en ese proceso es la mejor gasolina para generar resultados positivos que te permitan posicionarte y crecer.
Pero, si bien es cierto que el Marketing de Contenidos forma parte indiscutible del éxito de un proyecto, también lo es que medir esa rentabilidad y traducirla en resultados o cifras económicas concretas resulta difícil de plasmar sobre el papel; sobre todo en el corto plazo, que es como trabajan la mayoría de las empresas a la hora de evaluar el beneficio de sus acciones de Comunicación.
Existen un montón de herramientas y métricas con las que analizar la el recorrido de un simple tuit, un post, un comentario…: cuántas veces se ha compartido, desde dónde, si ha generado alguna respuesta, nuevos seguidores o número de usuarios que han dejado de seguirte a partir de ese comentario… Otra cosa es averiguar su trascendencia, conocer para qué ha servido (si es que ha servido para algo) nuestra inversión y cómo medir su retorno.
El ROI o retorno de inversión es un elemento clave. La finalidad de cualquier actividad comercial es que sea rentable, pero independientemente de que los beneficios de tu estrategia de contenidos se puedan medir al peso, en euros o en engagement, lo que está claro es que sin contenido no hay ROI. Y es que el Marketing de contenidos va mucho más allá de tener presencia en redes sociales.
Las ventas no se cierran solas, el posicionamiento no se logra por obra y gracia del espíritu santo. Una conversación, una tarjeta de visita, la recomendación de un conocido, la simple descripción en tu Web -o cualquier soporte corporativo- del producto o servicio que ofreces… Todo eso es contenido y tiene mucho que ver en la sostenibilidad económica de tu proyecto a corto, medio y largo plazo.
Contar con una buena estrategia de contenidos, que sea coherente y cuente con la difusión adecuada no es un simple complemento a tener en cuenta, cuando las cosas nos van bien. Puede que la rentabilidad de tu inversión en contenidos sea difícil de establecer, pero lo cierto es que el contenido es, en esencia, el ROI.
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